- Los expertos no lo recomiendan.
- Las proteínas que mejoran la musculatura se sintetizan peor cuando hay alcohol en el organismo, asegura un estudio.
- Además, se limita la capacidad de absorción de glucosa.
Hacer ejercicio físico, bien sea en el gimnasio o saliendo a correr al aire libre, es una de las actividades más habituales al salir del trabajo. Por otro lado, también lo es tomar una copa, un vino o una cerveza. ¿Son ambas actividades incompatibles? Es decir, ¿se puede beber alcohol antes o después de hacer ejercicio?
La respuesta es no. No es recomendable entrenar tras haber consumido alcohol. Un reportaje de la revista Time da las claves de por qué no se deben combinar ambos hábitos.
John Hawley, investigador de la Australian Catholic University, revela que el alcohol perjudica la síntesis de las proteínas que aumentan el tamaño muscular y la reparación de los músculos. Este efecto se produce tanto si se bebe antes como si se bebe después.
Pero hay más motivos. Matthew Barnes, de la Massey University de Nueva Zelanda publicó un estudio en el que revela que el alcohol puede limitar la capacidad de los músculos de absorber la glucosa, la sustancia que proporciona energía. Además, se pierden menos calorías.
Además de estos efectos en el organismo, el consumo de alcohol deteriora las habilidades motoras e incluso podría ser peligroso con el uso de maquinaria deportiva, como por ejemplo el uso de pesas.