
Desde el diseño e implementación del Programa Articulado de Transformación Institucional basado en Valores Organizacionales (INFOTEP PROACTIVO), llevado a cabo durante el período 2004-2007, no se había conocido ningún esfuerzo por modernizar y adecuar, en toda su extensión, el sistema nacional de educación y formación técnico profesional en República Dominicana.
En efecto, el INFOTEP PROACTIVO fue un proceso de consulta, revisión, transformación, reestructuración y modernización de la estructura organizacional del INFOTEP, incluyendo procesos y procedimientos, así como la obtención de una Certificación ISO 9001:2000, hecho sin precedentes en el país en ese momento.
Obviamente, este proceso de transformación implementado en el INFOTEP, se hizo a partir de la elaboración de un diagnóstico situacional, el cual permitió conocer el estado del arte de la educación técnico profesional en el mundo, así como los avances que se habían tenido en América Latina con relación al funcionamiento de los sistemas nacionales, en los cuales tiene lugar el desarrollo de este tipo de educación vinculada al trabajo. En ese mismo sentido, la realidad de la oferta formativa, y su capacidad de responder a las necesidades y demandas de los sectores productivos, fue otro ámbito que se auscultó para modelar la situación de la ETP y las referencias que se podían tomar para incluirlas en el proceso de modernización del INFOTEP.
Quince años después del INFOTEP PROACTIVO, vemos que el mundo cambió, las economías se transformaron radicalmente, las empresas dieron un vuelco tecnológico sin precedentes y arribamos, de paso, a la Industria 4.0 o, como se manifestó en el Foro Mundial de Davos celebrado en el 2016, a una industria sin empleos. El reto que se planteó aquí era la instalación definitiva de la era digital, “en nuestro entorno, nuestras vidas e historia”; y así ha sido, pues los esquemas, procesos, modelos y relacionamiento en el mundo del trabajo, todos dependen de la alta tecnología, de las comunicaciones, robótica, telemática, mecatrónica, entre otras.
Y, en ese escenario, es que se debe reinventar la educación técnica y la formación profesional; pero ese reinvento debe ser integral, de largo alcance, inclusivo, disruptivo y creador, y sin contemplaciones.
Ya no se trata solamente de discutir la forma en la que individuos recibirán una formación para el mundo del trabajo y los mercados laborales, sino de insertar este tipo de educación en las políticas educativas, dándole un carácter nacional a su accionar, y tomándola en consideración en la dinámica socio-económica que busca impulsar el crecimiento y desarrollo del país.
En ese contexto, aplaudimos y saludamos la convocatoria que ha anunciado el INFOTEP, y a partir de la cual se realizará una gran consulta nacional para hablar sobre el futuro de la formación técnico profesional, en donde se espera la participación activa de los diferentes sectores productivos, empresarios, académicos, sector laboral, la iglesia, la diáspora, entre otros agentes claves vinculados con el sector.
Es hora ya de que la educación técnica en República Dominicana asuma el rol que le corresponde como instrumento de desarrollo económico y social.